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Autor Tema: Héroes de leyenda; Gadner  (Leído 2280 veces)

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Desconectado JJ

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Héroes de leyenda; Gadner
« en: 20 de Abril de 2011, 09:11:23 am »
Dejo este reportaje de Mat Oxley sobre Gadner, su carrera deportiva desde sus comienzos y sobre el papel que ejerce ahora sobre sus hijos.

Como dato curios, entre otros, no sabia que el golpe a Uncini fue el dia de su debut...

http://blogs.motociclismo.es/historiadelmotociclismo/wayne-gardner-el-salvaje-de-wollongong/

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Wayne Gardner: el salvaje de Wollongong

Wayne Gardner fue el piloto más valiente y correoso de 500 cc a finales de los años ‘80. Ahora, dos décadas después de su retirada se centra en convertir a sus dos hijos en futuros campeones en los GG.PP.



“Mi vida ha dado un completo giro”, dice con una sonrisa Wayne Gardner mientras contempla el Océano Pacífico desde su residencia en el norte de Sydney. «He vuelto al lugar en el que todo empezó para mí hace 30 años, pero a diferencia de los comienzos de mi carrera deportiva, ahora trabajo para mis dos hijos».

Wayne Gardner fue la primera súper estrella australiana de los GG.PP, el primer campeón del mundo de 500 cc de las antípodas en 1987. Nació en la ciudad industrial de Wollongong y llegó a la competición por casualidad, además de financiar sus primeros pasos con el dinero ganado en la construcción o trabajando en tiendas de motocicletas.

Las cosas son bien distintas ahora. Gardner le dedica al menos la mitad de la semana a ayudar a sus hijos Remy -13- y Luca -11-, en la dura tarea de lograr el éxito en las carreras de velocidad. Como miles de padres del mundo que dedican a esto su tiempo, Wayne hace lo que haga falta excepto pilotar la moto, además de ser patrocinador, jefe de equipo, mecánico y tutor de los pilotos.

Esta temporada será la primera de Remy en Europa, abandonando Sydney en compañía de su padre. Precisamente en España participará en el Campeonato Mediterráneo Metrakit 125 con un equipo de máxima solvencia como el de Monlau, mientras que de vuelta a Australia correrá en los campeonatos nacionales de «dirt track» y velocidad con el Team Gardner junto a su hermano Luca: «Disfruto mucho con este nuevo papel, aunque me pongo algo nervioso porque no quiero verles hacerse daño. Cada vez que se caen me duele en el corazón. En absoluto les empujo a hacerlo, sino más bien todo lo contrario.»



«Remy quiere ser piloto profesional y, de hecho, ya se ve sobre una 125 GP y más tarde con las 600 cc. La primera vez que lo probó volvió y me dijo: “Papá, ¡esto es increíble!”. Y ahora no quiere hacer otra cosa que correr en moto. Luca es un poco más joven y también se dedica a otras cosas, como tocar el piano y el didgeridu –instrumento de viento ancestral original de Australia-, además de jugar al baloncesto».

«Una semana normal es más o menos así: El lunes descargamos las motos del fin de semana para limpiarlas y guardarlas. Martes, miércoles y jueves los dedico a mis negocios y a organizar las competiciones. El viernes volvemos a cargar las motos para las carreras del fi n de semana. Pero este año será un poco diferente porque Remy y yo haremos diez viajes a Europa. Me encanta trabajar en las motos e intentar que sean más rápidas.

Tengo 30 años de experiencia que transmitir. Principalmente me dedico a trabajar en sus estilos de pilotaje, el enfoque y la mentalidad. Toni –la segunda esposa de Gardner–, se ocupa del cronometraje y de ayudar entre bastidores. Es un equipo familiar».

 
Gardner está convencido de que Remy –quien corrió en Europa por primera vez durante el pasado octubre en Albacete sobre la Honda NSF 100–, tiene talento de verdad: «Cuando yo corría solía ser bastante exaltado, pero también bastante analítico. Cuando le observo en pista me impresiona mucho. Se concentra tanto que a cada momentorueda más rápido.



Tomamos la decisión de marchar a España porque la velocidad en ese país para los muchachos es un auténtico paraíso. Echa un vistazo al éxito de los españoles, sin duda es el camino que debemos seguir».

Los comienzos

El camino del propio Gardner en la competición sí que estuvo marcado por el azar: «Uno de mis amigos tenía un kart y yo le insistí a mi padre para que me consiguiera uno, así que cogió el motor de un cortacésped, soldó a una suerte de chasis y salimos a divertirnos».



«Yo solía recoger desechos de jardines locales o cogía trozos de cobre y latón de coches y camiones abandonados para venderlos y comprar gasolina. Un día, mirando entre los desechos, descubrimos una moto de campo semienterrada. Se la pedimos al dueño y nos cobraba cinco dólares por ella, así que fui a medias con mi amigo y nos llevamos la moto a casa.

Nuestros padres se encargaron de repararla y empezamos a montar en ella con 14 años de edad». «Después seguí insistiendo a mi padre para que me comprara una minimoto nueva en Navidad. Más tarde nos encontramos con un tipo que creía que debía participar en carreras, así que nos fuimos a algunos circuitos para hacer “dirt track” y era algo como: “¡Guau, qué divertido es todo esto!”.

Lo hice bien en “dirt track”, pero no había mayores ambiciones. Pero cuando tenía 17 años comencé a pensar en que tenía que haber algo más allá, así que creí que debía correr en velocidad». Gardner le puso neumáticos de asfalto a su Yamaha YZ 125 de «dirt track», atornilló un manillar bajo, varió el desarrollo del cambio, quitó el fi ltro de aire y preparó el resto de la moto para rodar durante un solo día en el circuito de Oran Park: «Después de dos vueltas mi motor gripó.

Yo había quitado el fi ltro de aire como hacían los pilotos de velocidad, pero no sabía que después había que carburarla». Sin embargo, aquel día no terminó siendo un completo desastre. Un valiente amigo le prestó al joven Gardner su Yamaha TZ 250: «Todavía recuerdo cómo entraba por primera vez en la recta, pensando en lo increíble y rápida que era aquella moto. Poco después batí el récord de la pista para noveles y supe que acababa de “engancharme” a ello».

Gardner consiguió rápidamente cierta reputación en Australia y se le apodó «el Salvaje de Wollongong» por su pavoroso y espectacular estilo de pilotaje. Era capaz de mirar a los ojos del peligro y hacerle un corte de mangas. En la temporada de 1980 Gardner estaba desesperado por unirse a la tribu de los rapidísimos pilotos australianos y neozelandeses que tan bien lo estaban haciendo en Europa.

 Gardner vio su mejor oportunidad ese año en las Swan Series, un campeonato australiano abierto que se celebraba durante el invierno europeo, y que siempre había atraído la atención en Japón y el Viejo Continente: «En la última carrera, en Sandon, Mamoru Moriwaki había venido buscando un nuevo piloto para correr en Daytona en la temporada siguiente.



Comenzó a llover antes de la carrera reservada a las “Unlimited” y yo sabía que sobre mojado podía hacer un buen resultado con la superbike frente a aquellas Yamaha TZ y Suzuki RG con motores de “dos tiempos”. Sólo había un problema. La moto de Gardner estaba cargada en el furgón del patrocinador y no tenía la llave del cierre: «Así que conseguí romper el cierre con un destornillador, llegar a parrilla, salir y ganar la carrera. Moriwaki quedó muy impresionado por aquello y unas semanas después me llamó para ir a Daytona».

Desde Daytona, Gardner saltó al Reino Unido, donde también causó sensación al vencer en su primera carrera a Ron Haslam –padre del actual piloto de BMW en SBK Leon Haslam–, y otros pilotos rápidos del momento. Pero esa temporada también tendría que lidiar con la pobreza, ocupando casas de amigos durante la semana y durmiendo en la parte trasera de un destartalado Austin Maxi durante los fi nes de semana de carreras.

En 1982 dominó la escena británica de la velocidad con el equipo Honda Britain antes de hacer su debut en el GP de Holanda de 1983, una salida que estuvo a punto de ser la última para nuestro protagonista. Nada más comenzar la carrera, el campeón en título de 500 cc Franco Uncini cayó delante de Gardner, no pudiendo éste evitar golpear la cabeza del italiano, que estuvo una semana en coma.

1983 WGP Assen FrancoUncini accident

Gardner visitó a Uncini en el hospital, derramó muchas lágrimas y estuvo a punto de dejar de correr en moto: «Franco y yo somos amigos ahora», sonríe Gardner. Su primera victoria en un GP llegaría en 1986, al comienzo de su participación como piloto ofi cial de Honda Rothmans sobre la NSR 500 junto a Freddie Spencer.

Cuando los problemas del norteamericano comenzaron a ser patentes y terminaron acabando con su carrera, Gardner asumió el puesto de piloto número uno de HRC y el australiano le devolvió a Honda el preciado título mundial de 500 cc. Gardner venció en 18 GG.PP durante las siete temporadas que estuvo en activo, pero nunca más volvió a ganar el título. La carrera deportiva de «el Salvaje de Wollongong» estuvo siempre marcada por actuaciones gloriosas y caídas con huesos rotos.

Y la diferencia entre ambos desenlaces era a menudo demasiado pequeña. Podía estar descorchando el champán en el podio o retorciéndose en la clínica móvil del doctor Costa. Gardner logró su mejor victoria en Phillip Island en 1990, con un hueso escafoide roto y parte del carenado descolgado y rozando sobre el asfalto.

Realmente, el australiano siempre corrió con todo su corazón, más que Eddie Lawson o Michael Doohan: «Siempre sentí una gran emoción al correr», explica, «a veces me llevó a lograr cosas increíbles y otras me metió en graves problemas». Después de haber cumplido 51 años, Gardner todavía compite de forma ocasional.

En 2009 venció en el Classic Superbike australiano al manillar de una CB1000R de 1982, y también es uno de los favoritos y varias veces ganador del evento anual para clásicas Goodwood Revival. El primer campeón australiano de la clase reina lo hizo realmente bien.

No sólo corrió en los inicios de una generación que ha marcado una leyenda, en la que también estaban Lawson, Doohan, Rainey y Schwantz, sino también por el momento que vivía el propio deporte. Todo ocurrió durante la explosiva década de los ochenta, cuando el dinero del tabaco fluía libremente y en abundantes cantidades por los deportes de motor. Puedes estar seguro de que Gardner siempre estuvo muy bien pagado.

Al mismo tiempo, el deporte del motociclismo se ha adentrado en los últimos años en una espiral de tal profesionalidad, que el paddock que conoció Gardner todavía era un sitio divertido. Hace años los pilotos abstemios eran raros. Ahora lo inusual es ver a un piloto bebiendo alcohol: «Entonces era obligatorio beber unas cervezas el domingo por la noche, era como una válvula de escape. Teníamos que poder echarnos unas risas.

Ahora todo es más profesional y algunas cosas son definitivamente mucho mejores, pero hay otras que no tanto. Me pregunto si los pilotos de ahora realmente disfrutan y si todavía es posible divertirse. Algunos de ellos no parecen hacerlo en absoluto, pero seguro que es mejor que trabajar de nueve a cinco en una oficina. El resto del mundo se tiene que levantar a las 7 de la mañana cinco días a la semana y por eso intento mantener los pies de mis hijos en el suelo intentando explicarles qué es cada cosa».

«Durante mi carrera tuve momentos muy divertidos. Me encantaba ser piloto profesional, pero creo que mis mejores recuerdos vienen de cuando estábamos en la calle. Pero ahora no podrías hacer nada de aquello. El deporte ha cambiado y todo el mundo empieza desde mucho más joven. En este juego los días de hacer autostop, o dejar las cosas al azar, ya han pasado». Ser un padre que apoya a sus hijos en los primeros pasos de sus carreras no es algo extraño hoy en día, porque las oportunidades de triunfar son claramente menores si no dispones desde joven de la ayuda de tus padres.



Pero Gardner también se dedica a tareas menos habituales. Tiene un asiento en el Consejo de Seguridad del Tráfico en Australia y visita el parlamento varias veces al año en Canberra para informar al ministro de Transporte del Gobierno.

La ironía no se le escapa a quien fuera en sus años más jóvenes un piloto arriesgado y bastante irresponsable, más bien una amenaza para las carreteras: «Es divertido pensar que un “quemado” de Wollongong haya terminado ¡sentado en el Parlamento!», reconoce Gardner con una sonada carcajada.

«Es un honor y algo muy interesante, pero por lo que he visto te aseguro de que no me meteré a político a tiempo completo». Desde luego, Gardner va a estar muy ocupado en los próximos años intentando impulsar a sus hijos por la senda hacia la gloria en las carreras.

Mat Oxley
Fotos: Gold and Goose
Adaptación: Venancio Luis Nieto

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Re:Héroes de leyenda; Gadner
« Respuesta #1 en: 20 de Abril de 2011, 10:19:30 am »
Si fuera tan valiente no bebería coronita ... puaagh          vnmj ...
Qué tiempos aquellos con los Malasombra Bros., Pólux Crivillé, Renzo Oliveri  ... los primeros días del gp500